Sensible intermediaria entre cuerpo y entorno
La piel, como intermediaria entre cuerpo y entorno, además de órgano altamente sensitivo y capa protectora del cuerpo enfardela múltiples funciones desempeñando así un papel importantísimo para nuestro bienestar.
La piel en la zona íntima
- actúa de barrera contra cargas mecánicas y efectos nocivos,
- protege contra la desecación.
- posee un plexo nervioso especializado que puede proteger de lesiones,
- es responsable de las sensaciones (agradables y desagradables) causadas por el contacto.
La piel íntima solamente puede cumplir sus funciones esenciales si está sana
La piel de la zona íntima
En la piel de la zona íntima hay muchas glándulas sebosas que producen una película protectora lubricante. De este modo, la capa dérmica (capa córnea) se conserva elástica, lisa e impermeable. Así se previenen las pequeñas heridas y desgarros o la capa de grasa natural los cubre, evitando así que los gérmenes patógenos tengan pocas posibilidades de anidar en ellos.
La piel de la zona de los genitales es por lo general especialmente sensitiva y altamente sensible debido a sus miles de células nerviosas. Las molestias como la sequedad de la piel, el picor y el escozor son extremadamente desagradables.
La naturaleza de la piel difiere mucho según la persona. Su estado se ve influido además por las hormonas sexuales. Por ejemplo, si hay carencia de hormonas, la piel íntima se vuelve más delgada y vulnerable, lo que juega un papel cada vez mayor al ir envejeciendo. En el transcurso de la vida además pierde grosor y elasticidad.
Cuidado íntimo: ¡así se hace bien!