Así soluciona sus problemas dérmicos
El deseo de tener una zona íntima limpia, inodora y sana hace que la aseemos frecuentemente con agua, jabón o gel de ducha, pañuelos húmedos u otros productos de cuidado.
Si la piel es sensible, estas medidas de aseo, en principio totalmente correctas, pueden alterar el medio dérmico natural y reducir o debilitar las funciones naturales protectoras de la piel de la zona íntima. Las consecuencias son el escozor, el picor, la sensación de estar lastimado o el dolor ante el contacto.
Los errores más frecuentes son:
- Lavado excesivo de la piel (causado por la limpieza demasiado frecuente con agua, jabón u otros productos de cuidado).
- Limpieza inadecuada con p. ej. productos de cuidado que contienen agua o alcohol/glicerina y que, por ello, desecan la piel.
- Aseo excesivo p. ej. con papel higiénico demasiado duro que irrita y la superficie de la piel.
Es habitual que las molestias en la zona íntima se deban solamente a un problema de cuidado de la piel.
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